Los vericuetos de la seducción
En un agradabilísimo fin de semana en Santa Pola, coincidimos con una divertida y bonita pareja −no encontramos otro adjetivo, pero ciertamente algunas parejas respiran buena onda, y éste era el caso−. Cuarenta y tantos años, divorciados, compañeros de carrera que volvían a encontrarse después de muchos años y de cerrar ambos el capítulo de su anterior vida matrimonial. Después de una bien presentada y surtida cena -nuestros amigos de Santa Pola son unos excelentes anfitriones, de los de antes, de aquellos que saben y practican el arte de recibir- en los postres, la conversación derivó hacia esta pareja y hacia cómo se habían reencontrado. Él, más expresivo que ella, se explayó contando el mencionado encuentro. Una salida, como tantas otras, a un bar de copas con un amigo que viene de visita y encuentro casual con ella y sus amigas. Se saludan, hablan de otros tiempos... La conversación deriva en el interés de ambos por los buenos vinos y así va pasando la noche. Él contin