Los vericuetos de la seducción

En un agradabilísimo fin de semana en Santa Pola, coincidimos con una divertida y bonita pareja −no encontramos otro adjetivo, pero ciertamente algunas parejas respiran buena onda, y éste era el caso−. Cuarenta y tantos años, divorciados, compañeros de carrera que volvían a encontrarse después de muchos años y de cerrar ambos el capítulo de su anterior vida matrimonial.

Después de una bien presentada y surtida cena -nuestros amigos de Santa Pola son unos excelentes anfitriones, de los de antes, de aquellos que saben y practican el arte de recibir- en los postres, la conversación derivó hacia esta pareja y hacia cómo se habían reencontrado.

Él, más expresivo que ella, se explayó contando el mencionado encuentro. Una salida, como tantas otras, a un bar de copas con un amigo que viene de visita y encuentro casual con ella y sus amigas. Se saludan, hablan de otros tiempos... La conversación deriva en el interés de ambos por los buenos vinos y así va pasando la noche.

Él continúa viéndola como la chica guapa, populare inalcanzable de la época de la Facultad. Pero, en el momento de la despedida, se lanza y le propone ir a su casa a probar una botella de Vega Sicilia que, sabiendo su interés por el buen vino, seguro sabe apreciar. Esa noche, en torno al Vega Sicilia, se inicia la estupenda relación que ahora viven.

Esta historia nos puede servir para reflexionar sobre lo importante que puede llegar a ser disponer de la excusa, la propuesta adecuada para afianzar los encuentros y no dejar pasar la ocasión. Él decía: "Si no se me hubiera ocurrido la excusa del Vega Sicilia, no hubiera sabido cómo continuar la relación, nos hubiéramos despedido sin más. Y es una pena ver cuántas ocasiones se han podido perder por no saber consolidar las relaciones".

El tema es peliagudo, ya sabemos que cuando una relación se inicia tampoco se puede ir a saco. Si se es demasiado directo, se corre el riesgo de que la otra persona huya −demasiado interés directo puede asustar−. Así que la excusa perfecta, como tomar una botella de vino, oír el último CD, ver una película de culto, o hasta una colección de sellos, puede ser la invitación ideal para conocerse más. Para, centrados en esa motivación, poder desplegar todos los encantos de la seducción.

¿Te suena esta historia? ¿Alguna vez has utilizado estrategias de este tipo para seducir? ¿Conoces anécdotas sobre este tema? ¿Qué has hecho tú para retener a una cita? ¿Qué estrategias han utilizado contigo? ¿Qué propuestas recomendarías para alargar una cita? ¿Qué propuestas recomendarías para llevar a alguien a tu casa?

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